7 años en las manos

mariposo y manos.

Observando los ciclos de la vida, observo mi vida, cuantos olores, cuantos sabores, cuanto sufrimiento ha quedado atrás por completo, aunque a veces me pregunto si seré adicta al dolor…

Con todos los parámetros puestos de cabeza, donde el dolor y el placer a veces se confunden…

Hace 7 años me dieron un buen empujón hacia la libertad, pero a veces uno actúa tan necio que sigue buscando dueño…

Siete años, siete kilos menos, cabello largo, casi no me reconozco en el espejo, así que lo frecuento seguido…

Pero sobre todo mis manos…

Ya no cargan falsas expectativas, ni recuerdos dolorosos…

Ni rastros de pasado, se sienten libres.

Hoy se encuentran adornadas con un anillo, pulseras con significado que no se distingue a primera vista; mis hermosas rudrakshas, la pulsera del om y una pulsera de piedras multicolores.

El anillo es el sello de que la búsqueda ha terminado, es el símbolo del compromiso más importante en mi vida, mis votos de novicio ishaya, mi deseo por permanecer en ese estado de consciencia.

Jamás imagine poder experimentar tanta paz, por tanto tiempo, claro que es algo que deseas, pero hoy puedo abrazar completamente esta experiencia, a pesar de lo que pueda pasar por la cabeza.

Mis manos adquirieron sin darme cuenta, una agilidad y flexibilidad, acompañado de una fuerza sutil, que pudiera parecer que son más de dos manos…

Más cuando algunos días puedo verme un tipo de lazo enredando en mis muñecas, pero es fácil solo sacudirlas, el fuego del corazón quema todo.

Descubro como un ciclo nuevo comienza, pero en esta ocasión con las manos ligeras, abiertas para fluir con el dar y el recibir…

Hoy las manos lucen como una extensión del corazón, y en este solo hay un sublime sentir.

Es maravilloso vivir la vida como un descubrimiento, se convierte en una dulce adicción, siempre ir más allá de la plana apariencia…

Una vida sin límites…

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